Con un país como China –nuestro principal socio comercial– resulta vital seguirle el paso a sus nuevas estrategias de crecimiento a largo plazo.

De ser un gran comprador de minerales, este gigante podría convertirse en los siguientes años en un demandante de nuestros productos no tradicionales, sobre todo de alimentos, según explica en esta entrevista Juan Carlos Ríos, representante de Intercorp.

Además resalta que ha comenzado a salir con mayor énfasis a invertir en el mundo. En nuestro caso, su interés vendría por los sectores de agro y manufactura, comenta. 

¿A qué retos se enfrentan los peruanos que quieren incrementar el comercio con China? 
Lo primero que hay que conocer es el nuevo modelo económico de China, que va a conducir su crecimiento en los próximos 20 años. Si ellos ya están definiendo el curso de lo que serán los negocios en su país y en el mundo, lo que hay que hacer es ver de qué manera inteligente nos insertamos en esa nueva dinámica.

China lo que busca es mejorar la calidad de vida de su población. ¿Qué habría que tomar en cuenta al respecto?
Hoy la primera política china se denomina New Normal, es decir, el crecimiento de dos dígitos de los últimos 25 años ya no será lo normal. Ahora la política de Estado es que China crezca entre un 6 y 7 por ciento al año. Van a priorizar la calidad de crecimiento en sectores de alta tecnología y ya no en el gran crecimiento que venía siendo impulsado por la inversión directa extranjera y por sectores muy intensivos en mano de obra barata. Ese modelo se acabó.

¿También se busca incentivar el consumo interno?
Junto a la política mencionada, la otra meta es justamente que el consumo interno se convierta en el nuevo motor de su economía. Antes eran las exportaciones, que estaban concentradas en industrias intensivas en mano de obra y en la inversión extranjera directa. El 2014 se cerró con cifras interesantes, pues el consumo representó el 51% del PBI y las exportaciones netas –exportación menos importación– fueron apenas el 0,2% del PBI, cuando hace unos años eran entre el 8% y 10%. Entonces, hay un cambio radical, pues si bien la inversión extranjera directa sigue siendo importante, lo que está liderando la economía es el consumo.

¿Qué tipo de consumo?
El consumo de las ciudades: alimentos, transporte y otros bienes. Eso tiene que ver con otro indicador bien interesante: el de la urbanización china. El 2020, el 60% de la población vivirá y, por tanto, consumirá en las ciudades. Estamos hablando de unos 800 millones de personas. Algo más reciente que acaban de lanzar la semana pasada, que sería la tercera política, es la denominada Made in China 2025. ¿En qué consiste? Ellos han tomado la decisión de hacerle un ‘upgrade’, un desarrollo de alto nivel, a todos los sectores de alta tecnología. La meta es que al 2025 estén a la altura de países como Alemania, Japón, EE.UU. e Inglaterra, en sectores de muy alta tecnología (energía limpia, biotecnología, aeroespacial, telecomunicaciones). Hablamos de sectores en los que los chinos antes no lideraban. 

¿Cómo queda su política de inversiones en el exterior, que ha estado centrada en proveerse de commodities?
Al respecto, su última política recién diseñada se denominada Go Global, que involucra a empresas chinas yendo al mundo. Esa política ya tiene algún tiempo, pero ahora es mucho más intensa y esto se puede notar con la visita del primer ministro chino a la región y a otras partes del mundo. Va a haber mucha más inversión china en los próximos años. Ya en el 2014 el indicador de inversión directa extranjera dentro de China ha cerrado casi igual a la inversión que sale al mundo. Entonces, el estimado es que este año se convierta en un exportador neto de capital: la inversión directa extranjera se mantendrá en los niveles de US$110 mil millones [registrado el 2014], pero  la exportación de capital, es decir la inversión china en el exterior, estará encima de los US$120 mil millones. Eso antes no ocurría.

¿Bajo esas nuevas políticas, países como el Perú pueden verse beneficiados?
En todo lo que es Go Global y Made in China 2025, el Perú se puede beneficiar en nuevos sectores diferentes al minero. El ejemplo más claro es el proyecto ferroviario Brasil-Perú. Allí los chinos van a aportar no solo con créditos o capital para el financiamiento, sino con sus conocimientos de ingeniería, tecnología, diseño, construcción, así como en material rodante. Si bien la inversión china ha estado concentrada en minería, empezamos a ver que se interesa en otro sectores. En el caso del Perú, hemos notado que hay interés en explorar inversiones en manufactura y agro. El tema es que aún hay desconocimiento de cómo funcionan los sistemas aquí. Va a tomar un tiempo hasta que entiendan y posiblemente harán inversiones en asociación con algunas empresas locales.

En el tema comercial, ¿cómo puede incrementar el Perú su presencia con su oferta de bienes y servicios?
Esa es la segunda forma de cómo podemos beneficiarnos. Si el nuevo motor de la economía china es el consumo, si ahora tendremos entre 700 y 800 millones de personas en los próximos años consumiendo en ciudades, hay un enorme potencial de seguir vendiendo productos al mercado chino, básicamente en alimentación –agro y pesca–. Allí ya tenemos la oferta y la experiencia.